domingo, 18 de marzo de 2012

Hoy es domingo y sería buena idea ponerse a escribir


Hoy es domingo. Hace algunos años una amiga me dijo que lo que escribo se parece al diario de una chica, sólo que con palabras más crueles, palabras que una chica nunca utilizaría. Yo pensé, no lo dije por qué estábamos disfrutando de un momento risueño, que con esa afirmación sólo hacía referencia a las chicas peruanas que no usan ninguna otra palabra porque no leen o porque no se interesan por ningún otro oficio que el de ser peruanas. Este domingo es particularmente interesante: No hay sol, escucho buena música (un CD que grabé cuando era adolescente, en formato MP3), he dormido hasta las doce del mediodía, mi madre hace cosas de madres, mi hermano hace cosas de tenistas,  el celular no ha sonado porque no tengo ningún encuentro sexual pendiente y con todo este conjunto de eventos fortuitos he decidido que sería buena idea escribir. Escribir un texto parecido al diario  de una chica, sólo que con palabras de un chico que ha leído algo, que no le gusta salir de compras, que no le agrada arreglarse y que lo más parecido que tiene con las chicas es que le agrada estar limpio y  le gustan los chicos, pero sólo eso, porque la idea de ser chica causa una sensación repugnante, imposible de digerir. Una sensación o grito parecido al de las chicas después de ver una rata, una cucaracha o cualquier otro habitante de suelos peruanos.


Después de haber decido que es un domingo agradable, que es bueno escribir, que lo escrito debe ser alguna experiencia parecida a las que hay en los diarios de las chicas, me pregunto: ¿Sobre qué sería bueno escribir? No se me ocurre nada. Hace ya algún tiempo que no escribo nada interesante, quiero decir que lo que escribo no se lee tanto como lo que escribía antes, que nunca es mucho pero siempre resulta siendo algo. Me han sugerido que escriba cosas distintas a lo homosexual, que sorprenda a los lectores, que ya no haga que todas las historias terminen en sexo (¿Acaso todo no siempre termina en sexo?), y sigo pensando: hay muchas historias a medio empezar, pienso que sería bueno presentar alguna de mis historias al diario Hildebrant en sus 13, pienso que sería bueno que me deje de cojudeces y de una buena vez publique una novela y una serie de textos que me hagan famoso, pienso que debo enviarle la historia en dos estilos, en dos formatos, en dos sexualidades, pero en contextos parecidos a un buen amigo que supongo prefiere no ser nombrado ni completo ni en iniciales. Y realmente no se me ocurre nada.
Sigue siendo un domingo agradable, leo el correo y un mensaje me confirma que hoy no saldré de casa, me pongo a observar las redes sociales, mientras pienso sobre qué debo escribir, agrego a algunos chicos con buenas fotos, comento algunas cosas que me parecen o muy inteligentes o muy torpes, los extremos siempre son agradables. Me habla un contacto, que odia a Mario Vargas Llosa, y me viene a la mente que sería buena idea tener como pareja a un tipo agradable e inteligente. Con el tipo podría ponerme a filosofar para luego escribir, porque los tipos agradables con los que se puede filosofar ya no existen, salvo él, pero realmente lo prefiero en una relación sexual, sólo una, pero ya sabemos que todo ello es utopía. Veo el estado de un amigo que hace dos días estuvo con un tal… (No recuerdo el nombre), ayer estuvo con otro tipo y ahora me pide que comente su nueva relación. Pienso que no hay vida ni persona más agradable como él y sus relaciones. Comento y es un comentario sincero porque siempre me ha agrado verlo en pareja con su pareja, la de hoy. Pienso que probablemente hoy puedo hablar con los peruanos, por chat, y busco personas interesantes.

A la mayoría de las personas con las que hablo no las conozco personalmente y a los que conozco personalmente no les hablo y no me hablan. Sin duda las personas son más agradables a distancia que en persona. Busco y me pongo a analizar entre los conectados, para ver a quien le hablaré, hoy domingo, sin sol. Encuentro a Sebastián, pero no le puedo hablar porque quiero una plática más o menos larga, y con él todo termina con la promesa de una relación sexual que nunca llega, desde hace varios años, cuando lo conocí. Busco a Geral, pero no está. Geral me resulta particularmente interesante porque es un tipo que está a unos pasos de la posición en la que me siento a analizar datos y observar y a pensar tratando de que las cosas se hagan solas  y mejor, porque siempre es bueno que cada cosa se haga sola, los humanos deben dedicarse a hacer cosas más dignificantes, más acorde con su naturaleza, por ejemplo dormir y tener relaciones sexuales, o lo que es mejor: Tener relaciones sexuales y luego dormir. Con Geral hablamos frecuénteme por el chat, me ha dicho que vive en San Luis o El Agustino (no lo recuerdo y no creo que sea preciso recordarlo porque no hay nada que me dé la certeza de que sea verdad), no muestra su rostro por discreción (eso lo supongo), no quiere conocerme porque no se mete con nadie de su trabajo, es delgado (y sospecho que con baja autoestima) y tiene agregados en su cuenta de Facebook a muchos individuos, cuyos amigos se cruzan a diario por donde camino. Pienso que es un milagro vivir en Lima y al lado de tantos homosexuales o de gente que Geral cree que son homosexuales: En esta ciudad lo extraño es ser heterosexual.
Como no hay nadie interesante, me pongo a navegar y a dar toques a personas cuyas fotos me resultan interesantes, pero que probablemente no sean ellos, porque en esta época todos quieren ser el otro, otra cosa, otro animal, pero menos ellos, porque eso es una vergüenza. Todos compran la ropa que usan otros, todos quieren ir a los lugares que a los que otros fueron, todos quieren tomarse las fotos que otros se tomaron y todos quieren al novio del otro, yo sólo comparto esto último. Hay algunos que me regresan los toques y me agregan o yo agrego, luego empieza la plática rutinaria de dos tipos que recién se conocen, con las mismas preguntas, con las mismas respuestas que ya me sé de memoria y finamente no nos decimos adiós y hasta nunca, porque son extraños estos momentos en los que decido que es buena idea hablar con alguien. Otros quieren concretar una relación sexual con un tipo decidido y que sepa lo que quiere, cojudeces, es increíble que en esta época las personas sigan hablando de ese tipo de cosas: Cabrón reconoce que por más decidido que se sea nadie se acostará contigo. Es increíble que haya personas que siendo condenadamente feas quieran tener relaciones sexuales. Yo he aceptado mi condición y ya me jubilado de tal oficio y prefiero que todos los domingos sean como este, sin sol y llenos del gran placer que solo nos regala nuestra cama.
El domingo pronto acabará y sigo pensando que sería buena idea escribir, que sería bueno empezar a ser un escritor famoso, pero sigo sin saber sobre qué escribiré, sigo buscando en mi mente la historia que dará la estocada final, sigo observando los estados, hablando con tipos con fotos bonitas, con tipos que muestran su foto después de tanta insistencia y luego ya no dan ganas de seguir hablando, con tipos que me inducen a las relaciones sexuales, con tipos que quieren que me muestre por cámara, sigo pensando que tal o cual historia es genial y será la mejor. Pienso en tantas cosas y de tanto pensar concluyo que la mejor forma de pensar es tirándome a la cama con algunos libros  al costado (pos si acaso), con buena música, y esperar a que se me ocurra algo, a esperar que llegue el momento indicado para presidente y un buen escritor ¿Quién llegará con la buena noticia? No lo sé. Probablemente, si me quedo dormido, todo será realidad. 

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