jueves, 16 de agosto de 2012

Marco Antonio o la historia de infidelidades y prostitución


Cuando su hermano le mostro uno de tus escritos impresos, él se apresuró a eliminarte de la red social, me obligó a hacerlo también. Sí, él es hermano de César, quien estudia contigo en la universidad. Y te propongo que escribamos juntos la historia de infidelidades y prostitución. Luego todo fue silencio, Sergio desapareció hasta unos meses después.

Conocer gente y compartir ideas y estupideces (disculpen la redundancia, por tratarse de mi caso) es más fácil gracias a las redes sociales. Para mí todo es más sencillo y placentero. Gracias a las redes sociales conocí a Beto, mi primera y única Cíber-pareja, a Marco Antonio y a un gran cúmulo de personas poco interesantes de quienes no escribiré y no creo que recuerde menudamente. Hoy deambula por mi mente Marco Antonio y sus labios celestiales. Gracias a esas telarañas puedo estar en contacto con todo el mundo, sin necesidad de moverme de la cama. Todo es sencillo y los encuentros con aquellos desconocidos suelen terminar en alguna cama, con experiencias placenteras y luego con el olvido, son experiencias efímeras, como todo en la sexualidad entre dos hombres. Con Marco Antonio no ocurrió de ese modo.

Era un día de semana o un fin de semana, eso no lo recuerdo. No sé si fue en época de clases o en época de invernación (Vacaciones). No recuerdo quien agregó a quien y tampoco quien empezó la plática. No recuerdo nada de aquellos primeros días, porque ustedes ya saben, las cosas siempre empiezan más o menos de este modo:
  • Hola ¿De dónde? ¿Edad? ¿Opción?

Yo miro la foto y nunca hay foto o las hay a medias o erradas voluntariamente. Miro la información personal y nunca hay nada o las hay a medias o erradas voluntariamente. ¡Rayos un fantasma! (Vivimos en una época donde a la gente le agrada estar detrás de una careta, no se asombren). Regreso a la página donde está mi información personal y veo: Vivo en Lima. No dice mi edad y tampoco cuál  es mi opción.
  • Vivo en Lima. Tengo 20 y en Octubre cumpliré 21 (Siempre tengo 20 años). Soy Moderno. ¿Y tú?, respondo cansado o agobiado por escribir siempre lo mismo. ¿Acaso nadie lee mi publicaciones?

Siempre digo que soy Moderno o Versátil o de vez en cuando pasivo, porque ese es un asunto que no me interesa o irrelevante y porque lo que soy en realidad es: Un haragán que quiere ser escritor y presidente. En la época donde nos ha tocado vivir no es conveniente decir que se es uno de los extremos o para ser más preciso, en Lima: No es conveniente decir que se es activo. Ello es mentira o una verdad a medias y si hay excepciones no he tenido el honor de conocerlas. Los que me dicen soy pasivo son con toda certeza pasivos; los que me dicen soy moderno son con certeza pasivos; y los que me dicen soy activo, son toda certeza  pasivos o, en el mejor de los casos modernos. Existen muchas personas que sienten vergüenza por su condición de homosexuales y más aún de su opción dentro de ese grupo. Y hay personas que consideran este intercambio de secreciones corporales, como un buen negocio y créanme no les debe ir mal.
  • Soy activo, tengo 19 años, mido 1.73 …

No leo todo lo que sigue, eso es predecible: Cuando no vemos. Cualquier día. Tienes sitio. No. Te parece bien este fin de semana. Me parece Genial. A las tres de la tarde. Perfecto. Dame tu celular. No tengo, dame el tuyo yo te llamo. Listo. Y como no hay foto o nada interesante generalmente me tomo la molestia de mandarlos a leer mi blog o me limito a responder simplemente: Entiendo. Entiendo. Entiendo.

A las personas a las que se puede conocer mediante las redes sociales, si se tiene el grupo de amigos que tengo, son todas poco o nada interesantes: O viven en Los olivos, San Martín de Porres o alrededores; o son personas que viven en Ate, San Luis o alrededores. Nada interesante, ni intelectual, ni físicamente, así que por lo general lo más conveniente es quedarse a dormir o de vez en cuando ir a conocer a algunos, sencillamente porque tengo que conocer a los tipos homosexuales, para escribir. Y a los dos o tres tipos que me interesan de verdad, son personas que no están interesadas en mí. Y dudo que con Marco Antonio haya ocurrido de ese modo.

No se piense que el lugar donde viven las personas determina lo interesantes que puedan ser. El asunto es más complejo y una descripción de todo ello quedaría mejor en un ensayo y no en una historia de prostitución e infidelidades.

Desde la primera vez que hablé con Marco Antonio, me pareció un tipo distinto. No recuerdo de qué hablamos, pero probablemente la plática no tuvo el ritmo que generalmente tienen las conversaciones con los ordinarios de Ate o Los olivos. Entre otras cosas recuerdo que me dijo que estudiaba en un instituto, dibujo técnico o algo parecido. Me dijo que era pasivo, y que había terminado con su última pareja. Yo le dije que estudiaba en la universidad de los que quieren salir adelante y que no tenía pareja (Por aquel tiempo yo tenía una relación con Mr. J). Luego no me contó más, se limitó a decir que tenía un familiar que estudiaba la misma carrera que yo, en la misma universidad y que por ello no podríamos conocernos jamás. Intercambiamos números de celular y nos despedimos.

Desde ese momento me empezaron a interesar dos cosas: Saber quién era el pariente de Marco Antonio y acostarme con Marco Antonio, porque era interesante. Lo llamé dos veces, hablamos, él de su instituto y de los sueños que tenía; y yo no sé de qué. Nunca recuerdo nada, sólo – en este instante – que tenía la voz un tanto femenina, pero no tanto, y rica; y sus labios eran o son bastante interesantes. Yo trataba de sacar una cita, pero era difícil/complicado y nos limitábamos a platicar en la red. Las pláticas eran agradables, mis pláticas con él tenían otro level, como dicen algunos ¿Por qué no salimos? Porque tengo un pariente que estudia contigo y no quiero que mi familia sepa de esto. Supongo que por eso permaneces como anónimo.

Siempre me he preguntado o he querido preguntar: ¿Saben cuántas discusiones, malentendidos y otras estupideces se pudiesen evitar si no se partiese de la premisa de que ser homosexual es malo o anormal? Puede ser malo o anormal el que yo sea un haragán y el que quiera ser presidente. Y si dejamos de hablar de mí, podemos decir que probablemente sea malo que la gente mate, descuartice y viole a otros. Pero el ser homosexual comparado con todo lo anterior no es malo o anormal, ser homosexual es una decisión personal, ser homosexual es tan normal como ser heterosexual o bisexual. Las personas deciden lo que quieren; tal como se elige una carrera profesional o a la persona con quien uno desea casarse, se elige ser heterosexual, bisexual, homosexual o ninguna de las anteriores. Ya hay suficientes tratados, teorías o estudios que nos hablan sobre la complejidad de la sexualidad humana. En fin, el que un ser humano decida una opción sexual no es una cuestión familiar, es más bien un estilo de vida. Pero como nadie lee o analiza, siempre oímos discursos como este:
  • ¿Eres homosexual? Haz pensado en cambiar. Te comprendo. Seguirás siendo mi amigo. Guardaré el secreto. Estupideces, cada vez más y más estupideces.

Continuaba mi vida con Mr. J. y se lo conté a Marco Anónimo y por supuesto también propuse salir con él y le pareció extraño.
  • Ya tienes pareja, no puedes salir con otro.
  • Tienes razón, asentí.

Días después conocí a Sergio. Daría el durazno que me acaba de regalar mi madre, porque estoy seguro de que fue Sergio quien me agregó en la red social.  Hablamos de lo que yo escribía. El también escribía y no recuerdo haber leído nada de lo que él haya escrito o probablemente sí lo leí pero no lo recuerdo, y si lo hice tengan la certeza de que me agradó el estilo, porque de lo contrario no recordaría a Sergio. Él se despidió, después de nuestra primera plática:
  • Tengo que ir a recoger a Marco Antonio al instituto si no se va a poner furioso ¿No sabes cómo se pone?
  • Ustedes son pareja.
  • Sí, y se fue.

Entonces Sergio y Marco Antonio eran pareja. Al parecer la pasaban bien. Yo también tenía pareja pero no lo sería por mucho tiempo.

Mr. J me llamó un día y me comentó que Marco Antonio le había contado que yo era infiel. Mr. J tenía como 17 años o menos y estaba devastado. Yo tenía 21 y no me interesaba la cosa. Las cosas suelen pasar por algo y definitivamente yo no soy la mejor opción para nadie y era hora de que Mr. J partiese y lo dejé ir. Fue lo más sensato, no lloré, no sufrí; ustedes saben que unas cuantas pastillas lo arreglan todo. Nunca me enfureció el hecho de que Marco Antonio me le haya contado a Mr. J sobre la propuesta que le había hecho, la de salir a un hotel probablemente, en realidad me llevé una buena impresión de él. Nunca le reclamé o si lo hice tampoco lo recuerdo. Tampoco me quedan claras las circunstancias en las que Marco Antonio y Mr. J se conocieron, o probablemente yo los presenté. O probablemente le hablé a uno del otro y viceversa y se agregaron. No lo sé.

Luego, tanto Sergio como Marco Antonio, desaparecieron. En pocas palabras me eliminaron de la red social. No me interesó la cosa. Ustedes saben, nunca debemos preocuparnos por cosas insignificantes o predecibles. Todos y todo se van y vienen, lo único que queda son los sueños, los recuerdos, lo que escribimos, las cenizas  y finalmente el olvido.

No supe más sobre Marco Antonio, perdí su número de celular o lo tengo por algún lado. Pero Sergio regresó y lo acepté nuevamente. Yo no me resiento, comprendo que las emociones humanas son volubles. Por algo me considero una especie de dios. Digamos que cualquier oveja que quiere regresar siempre es bienvenida.
  • Me he peleado con Marco Antonio.
  • ¿Qué pasó? ¿Quién terminó?
  • Yo, porque me enteré de algunas cosas.
  • No entiendo.
  • Me fue infiel y te propongo que escribamos juntos la historia de infidelidades y prostitución.
  • Ese nombre suena genial ¿Cuántas parejas ha tenido Marco Antonio?
  • Perdí la cuenta en once.
  • Entiendo, entonces escribamos.
  • Tú haces un borrador y yo, agregó o disminuyo cosas de acuerdo a la realidad.
  • Me parece una idea perfecta.

En esa plática también me contó sobre el familiar de M.A. que estudiaba conmigo y luego se fue. Cuando lo busqué para pedirle algunos datos más, me di cuenta que me había eliminado de nuevo, fue una conclusión sencilla: Se han amistado nuevamente y ya no quiere saber nada de mí o no quiere que Marco Antonio sepa que ha tenido contacto conmigo. Recordemos que hace algunos meses se lo había prohibido. Las relaciones entre dos hombres son inestables, son los genes, y hay que aprender a sobrellevarlas. Sospecho que cuando un hombre y una mujer se unen, la mujer siempre cede un poco y el hombre siempre está dispuesto a ser infiel para luego disculparse ¿Trato de imaginar el mismo escenario entre una pareja de hombres? Otro de los asuntos que llamaba mi atención fue el de la realidad ¿Desde cuándo las historias tienen que adaptarse a la realidad? ¿Acaso no son las historias/ficción las que construyen/moldean la realidad?

No escribí nada hasta ahora. Luego Sergio regresó. Y me volvió a agregar. Lo extraño/loable era que me recuerde ¿Quiere algo? No lo sé.
  • Se volvieron a pelear.
  • ¿Cómo lo supiste?
  • Me eliminas y luego me agregas, y luego vuelves a hacer lo mismo. Y tienes 19 años.
  • Tienes razón.
  • Aún quieres escribir la historia de infidelidades y prostitutas.
  • No ya no, ya no quiero amargarme la vida.
  • Entiendo.
  • ¿Salimos a un hotel y conversamos?

Nunca salimos. Luego supe que Sergio tiene una personalidad extraña. Era un impostor o probablemente un psicópata o simplemente un escritor o probablemente para ser escritor hay que ser impostor y psicópata, esa ya no importaba. Lo único que importa es que Sergio es Sergio, Marco Antonio es Marco Antonio y yo soy yo. Las cosas y las historias son siempre mejores así y terminan mejor así: Las historias de infidelidades y prostitución son historias perpetuas que para ser contadas mejor tienen que ser vividas en toda su plenitud. Y no se dude en que yo estoy dispuesto a hacerlo o ya lo hice.

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